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A medio cuarto de legua de la muy antigua villa de Fuentes, en el Reino de Sevilla, se levanta una fuente que desde siglos atrás fue el principal abastecimiento para la «manutenzión del común de estte vesindario». Ésta se surte a partir de un complejo sistema subterráneo de captación y conducción de aguas formado por dos manantiales o “minas”.

Rodeada de restos de distintos pueblos antiguos que habitaron estos lares, ya en 1599 aparece citada en las Actas Capitulares acordándose su reparo, y en 1690 el Cabildo Municipal acuerda hacer la fuente de piedra, para lo que contrata al cantero de Morón Antonio Gil.

A lo largo del siglo XVIII, varios miembros de la saga de alarifes de los Ruiz Florindo intervienen en el conjunto, ya que se continúan diversas reformas debido a la pérdida de suministro y a defectos en las conducciones.

Como en la Fuente de la Reina, otros manantiales y pozos de estas tierras llenas de historia siguen manando agua «buena y clara» desde tiempos remotos; características de un territorio que dieron el nombre a este maravilloso lugar del mundo que es Fuentes, de Andalucía.

jueves, 29 de marzo de 2012

ENTREGA DEL LLAMADOR DE LA SEMANA SANTA DE FUENTES DE ANDALUCÍA 2012

El pasado sábado 24 de marzo, en el transcurso de la Función Principal comunitaria de las Hermandades y Cofradías de Penitencia, se procedió a la entrega del “Llamador de la Semana Santa de Fuentes de Andalucía 2012”, distinción que anualmente se entrega a un cofrade fontaniego por su trabajo constante en pro de la Semana Santa y las hermandades y cofradías fontaniegas y que en 2012 alcanza su duodécima edición.
Un reconocimiento que ha recaigo este año en mi persona, por lo que estoy sumamente agradecido.
Mi mano será la que toque el martillo del paso del Señor de la Paz el próximo Domingo de Ramos a las 5 de la tarde, inaugurando una nueva Semana Santa fontaniega.
En el acto, fuimos sorprendidos con la entrega a mi hijo Martín de su primer recibo como hermano de la Asociación de la Borriquita.
A continuación se muestra el texto de la intervención de mi gran amigo Antonio Díaz Parrado, al que en nombre de la Asociación Parroquial de la Borriquita, dio lectura argumentando la distinción, así como las palabras que como galardonado dirigí a los presentes y una pequeña galería gráfica del acto:


“Si Fuentes hubiese sido Jerusalén, si el Señor de la Paz hubiese escogido de entre nosotros, fontaniegos, a sus doce apóstoles, seguro que él habría sido uno de los doce elegidos. No Pedro, porque jamás lo habría negado. Nunca, Judas, porque jamás lo habría traicionado. Seguro, hubiese formado parte de aquella avanzadilla que marchó a buscar a una borrica, para cumplir lo que dijo el profeta: “Decid a la hija de Sión: He aquí tu Rey. Viene a ti, manso y sentado sobre un borriquillo, hijo de bestia de carga”.
Así fue. Cuando el Señor de la Paz hizo su entrada triunfal en Fuentes aquel mes de Enero del año 2000, él estaba a su lado para que nada le faltara. Para que todo saliese a la perfección. Yo le veo más de la estirpe de Juan: siempre al lado de Jesús, valiente y luchador, discreto y entregado, siempre imagen secundaria y en la sombra, pero imprescindible. Siempre con María, la Virgen, a la que venera y rinde pleitesía por esa Esperanza que ha tomado de Ella. Por esos Dolores que, como Ella, ha padecido en silencio y con una sonrisa y una palabra de entereza para con los demás. Siempre dispuesto a los designios de su Merced. Hasta en el Mayor Dolor que un padre puede sufrir se aferró a Ella. Y, al igual que Ella, se bebió sus lágrimas en el recogimiento de su Soledad. No cabe duda: es de la estirpe de Juan. Trabajador, voluntarioso, solidario, entregado, ajeno de sí mismo y esclavo de su corazón grande.
Hijo de Juan y Dolores, Francisco Javier González Fernández, nace un veintiocho de febrero del año de Nuestro Señor Jesucristo de 1981, en el seno de una familia cristiana y creyente que desde su nacimiento le inculcan la fe, el amor y el fervor por un Cristo sedente y humilde, al que guardan los muros de una casapuerta bendita en el barrio del Postigo fontaniego, junto a Su Madre, la Virgen de los Dolores. Me atrevo a decir que algunos de sus primeros pasos debió darlos por esos corredores que tan afanosas recorren cada día las Hermanas de la Cruz, por las que él siente verdadera admiración y orgullo de hijo. Sí, Hijo con mayúsculas. Sólo hay que ver su mirada cuando se postra ante las plantas de Madre. Su Madre Angelita.
Mi primer contacto con él fue allá por los finales de los ochenta. Encontrándome dentro del cuerpo de monaguillos que don Manuel de Azcárate formó, se incorpora un buen día un moreno canijillo, travieso como él solo, al que sus amigos de promoción llamaban Francis. Después vinieron ensayos de coros de Navidad y Romería, grupos de sevillanas, comparsas y carnavales. Pero sobre todo, Semana Santa. Devoción, Pasión y tradición. Fue él quien me llamó para formar parte de una preciosa aventura: dar cuerpo a una Junta Promotora para fundar en Fuentes de Andalucía una Hermandad y una devoción hacia una nueva imagen de Cristo a lomos de una borriquita. Al tiempo me fui retirando, pero él siguió luchando junto a otros pocos valientes (y lo de pocos va en sentido literal), para que su Cristo estrenara faldones, y paso, y nazarenos, y niños vestidos de hebreos,… Y apostó por pregoneros fontaniegos, por los jóvenes,… pero sobre todo, apostó por abrazar junto al nombre de Fuentes el apellido de las cosas bien hechas.
Junto a ese moreno canijillo, toda la pandilla nos fuimos haciendo hombres. Cada uno con sus cosas, sus gustos, sus preferencias,… pero siempre queriendo sembrar la semilla de una misma familia, todos juntos, aunque la sangre se empeñara en contradecirnos. En esa pandilla, conoció a la que es la mujer de su vida: Mari Tere. Su fiel consejera, siempre a su lado, sonriente y dispuesta como él, respetuosa en sus proyectos y sufridora, como no puede ser de otra forma en estos casos, de grandes momentos de soledad y espera. En definitiva, su principal apoyo. Qué grande es ver que hoy Mari Tere trae en sus brazos el fruto bendecido del amor más grande que existe: el de unos padres valientes como pocos habrá.
Compaginando sus estudios, su trabajo y su dedicación a la Hermandad de la Borriquita, se nos fue erigiendo por sus inquietudes y su amor por nuestra historia y tradiciones como un prometedor investigador y cronista de los de antigua usanza, pero a la vanguardia de las tecnologías. Hoy, posee ya varias obras que han visto felizmente la luz y de las cuales ha tenido que firmar nuevas ediciones.
Me van a permitir que pase por alto, hoy, ese tipo de presentaciones de: cursó sus estudios en tal instituto, está diplomado en tal titulación, etcétera. Hoy, el Llamador de la Semana Santa de 2012 besará las manos de un amigo, de un hermano mío. Y agradezco hasta lo indecible a la Junta de Gobierno de la Asociación Parroquial del Santísimo Cristo de la Paz en su Gloriosa y Triunfal Entrada en Jerusalén y Nuestra Señora de la Esperanza que hayan designado el honor de esta exaltación en mi persona:
Pregonero de nuestra Semana Mayor en 2008, Felicitador de Nuestra Señora de la Aurora de 2011, colaborador incansable de cualquier Hermandad, Asociación o corporación, pieza fundamental en la Junta de Gobierno de la Hermandad de María Auxiliadora, ferviente baluarte de la Comisión para la restauración de nuestro templo parroquial,… por los méritos de sobra conocidos por todos los presentes, hoy recibe el Llamador de la Semana Santa de Fuentes de Andalucía, en su décimo segunda edición nuestro querido y admirado: D. Francisco Javier González Fernández.
Enhorabuena, Francis.”

Solo puedo deciros palabras de gratitud.
Gracias a Dios, porque es Él el que lo ha hecho todo. Nosotros somos meros instrumentos, las manos al servicio de su Reino, aunque no siempre hacemos las cosas como Él quiere.
Gracias a mis hermanos de la Asociación Parroquial del Señor de la Paz (La Borriquita) por honrarme, a pesar de mi juventud, con esta distinción cofrade en esta bendita Cuaresma de 2012.
Gracias a mi mujer, que soporta mi incesante pasión cofrade. A mi familia, a mis amigos y a toda la gente de las hermandades y la Parroquia que tanto me han enseñado y de la que tanto tengo todavía que aprender.
Gracias, amigo Antonio, por tu elogiosas palabras para con mi persona. Los que me conocéis, sabéis que los únicos argumentos que me avalan son estar siempre dispuesto para mi Parroquia o cualquier hermandad, y trabajar por y para engrandecer la Semana Santa de esta tierra fontaniega.
Un llamador que viene debajo del brazo de un cofrade que hoy cumple su primera semanita de vida. Martín no le ha traído a su padre un pan debajo del brazo, sino el martillo de un paso y el privilegio de hacer sonar el llamador del paso del Señor de la Paz el próximo Domingo de Ramos a las 5 de la tarde.
“El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”.
Gracias, Dios mío.
Gracias, hermanos,
Gracias a todos por vuestras innumerables muestras de alegría y cariño.
“El amor, con amor se paga”.
















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