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A medio cuarto de legua de la muy antigua villa de Fuentes, en el Reino de Sevilla, se levanta una fuente que desde siglos atrás fue el principal abastecimiento para la «manutenzión del común de estte vesindario». Ésta se surte a partir de un complejo sistema subterráneo de captación y conducción de aguas formado por dos manantiales o “minas”.

Rodeada de restos de distintos pueblos antiguos que habitaron estos lares, ya en 1599 aparece citada en las Actas Capitulares acordándose su reparo, y en 1690 el Cabildo Municipal acuerda hacer la fuente de piedra, para lo que contrata al cantero de Morón Antonio Gil.

A lo largo del siglo XVIII, varios miembros de la saga de alarifes de los Ruiz Florindo intervienen en el conjunto, ya que se continúan diversas reformas debido a la pérdida de suministro y a defectos en las conducciones.

Como en la Fuente de la Reina, otros manantiales y pozos de estas tierras llenas de historia siguen manando agua «buena y clara» desde tiempos remotos; características de un territorio que dieron el nombre a este maravilloso lugar del mundo que es Fuentes, de Andalucía.

martes, 28 de octubre de 2014

EL SEÑORÍO DE FUENTES: UNA APROXIMACIÓN A SU HISTORIA



Comunicación presentada por Francis J. González Fernández en las
XI Jornadas de Historia y Patrimonio sobre la provincia de Sevilla
«La nobleza sevillana en el Antiguo Régimen. Siglos XIII-XVIII» 
organizadas por la Asociación Sevillana de Cronistas e Investigadores Locales (ASCIL)

Antigua Universidad de Osuna · 25 de Octubre de 2014



El lugar de Fuentes, equidistante de las importantes ciudades de Sevilla y Córdoba, y a su vez de los no menos destacados núcleos de población de Carmona y Écija, aparece incluido en el alfoz que el 2 de abril de 1255 los primeros pobladores cristianos de la recién conquistada villa de Carmona recibieron por privilegio del rey Alfonso X [1], en el extremo oriental de lo que en la Edad Media era el término de Carmona, a poca distancia del territorio de Écija, al este, y del de Marchena, al sur.
A lo largo del siglo XIV el término carmonense, que era de realengo, fue sufriendo importantes segregaciones por un proceso de señoralización. Caballeros y señores fueron recompensados generosamente por el rey Alfonso XI con tierras y lugares por sus servicios militares a la Corona, menguando drásticamente el extensísimo alfoz de Carmona.
Ciertamente no se conoce cuándo Fuentes fue excluida de la jurisdicción de Carmona, teniendo como primera referencia  que fue propiedad de Rui Pérez Ponce de León, casado con Isabel de la Cerda, que murió sin hijos en 1354. El 12 de junio de 1335, Rui cedió unas casas en Carmona, el lugar de la Argamasilla y el castillo de Fuentes como dote a su sobrina Urraca Alfonso de Portugal, al casar ésta en segundas nupcias con Alvar Pérez de Guzmán, señor de Olvera, que fue alcaide de Tarifa y alguacil mayor de Sevilla y descendiente de los Medina Sidonia [2].
Estas posesiones pasaron a engrosar el patrimonio familiar y formaron la herencia que recibió su hijo Pedro Núñez de Guzmán, casado con Aldonza de Toledo, señora de Orgaz, y de éstos a su hijo Martín Fernández de Guzmán, alguacil mayor de Toledo y señor de Orgaz, que lo vendió el 20 de enero de 1374 a Alonso Fernández de Sevilla y a su esposa Isabel de Belmaña, hija de Guillén de las Casas, tesorero mayor de Andalucía, fijando el precio de venta en la cantidad de 1.600 doblas moriscas «de buen oro». Curiosamente esa cantidad era la que Isabel de Belmaña había recibido como dote al casar con Fernández, y con cuyo importe éste compró el lugar de Fuentes, que se limitaba al castillo y el reducido caserío, sin territorio a su alrededor [3].
«En el Nombre de Dios amen, e de la Virgen Santa María su Madre: Sepan cuantos esta carta vieren como yo Martin Fernández de Guzmán, hijo de D. Pedro Núñez de Guzmán, vecino que soy en la muy noble ciudad de Sevilla, otorgo e conozco q. vendo a voz Alonso Fernández, criado del Rey, veinte e cuatro de esta ciudad de Sevilla q. estades presente e recibides esta compra, e todos estos otorgamientos, e promiciones, e obligaciones que esta Carta son contenidas a voz Isabel de Bezmaña su mujer de dicho Alonso Fernández, vecinos que sodes de esta dicha ciudad de Sevilla ala Collación de Sanz Juan, combien a saber: El mi lugar de Fuentes que es en el Arzobispado de Sevilla, con todos sus vasallos, e con todo su Señorío Real, e con la Justicia Criminal e Civil en nuestro suelo imperio, según que oyó hiceme es debido y otorgado, y on todas sus Rentas, e Tributos e derechos, e con todos mis términos, y con todas sus tierras para pan, e otras tierras cualesquiera que hay son, e con su Torre y Cortijo, y con todos sus prados y pastos, y dehesas e montes, e jaras, e fuentes, e pozos y aguas corrientes y manantes, y estanques e con todos los dichos bienes q.e al dicho lugar de Fuentes pertenecen deben en cualquier manera e por cualquiera razón según q.e hoy dia lo he e lo poseo, e según que mas cumplidamente lo obeerin e lo proseyeron en su vida D. Albar Pérez de Guzmán mi Abuelo y el dicho D. Pedro Núñez de Guzmán mi padre que Dios perdone, cuyo fue el dicho lugar de Fuentes e de quien yo el dicho Martin Fernández lo obe e lo heredé…»[4].
El 19 de junio de 1378, Alonso Fernández y su mujer Isabel de Belmaña, con licencia de Enrique II, fundan un mayorazgo formado por los siguientes bienes: el castillo y lugar de Fuentes y las casas principales del linaje situadas en la collación de San Marcos de Sevilla [5], procediendo de la institución de este mayorazgo la Casa de los Señores de Fuentes.
El heredero sería su primogénito Francisco Fernández, a quien se le impusieron una serie de condiciones que tendrían que cumplir si quería recibir el mayorazgo, entre las que destacan las siguientes: no podría vender, ni cambiar, ni enajenar los bienes, los cuales debería transmitirlo por línea de primogenitura, siempre que fuese varón nacido de legítimo matrimonio y, solo en caso de faltar éstos, podrían suceder las hembras. El heredero además quedaba obligado a tomar el apellido de Fuentes y las armas «que son cinco flores e calderas enrededor», las cuales han sido utilizadas por el Ayuntamiento de la localidad como escudo de la villa hasta principios del siglo XXI.
Como ya se ha mencionado en las imposiciones al heredero, Alonso Fernández cambió su apellido de Sevilla, según el derecho que habían recibido del rey a ser llamados de Fuentes, su nueva y más importante posesión, siendo durante estos años cuando los Fernández establecen una sólida alianza matrimonial con varios miembros del linaje de las Casas que le van a proporcionar importantes dotes.
Alonso Fernández emprendió el repoblamiento por esos años de Fuentes, hasta el punto de que en 1399 alcanzó 100 vecinos francos, entre unos 300 y 600 habitantes. Se ocupó también de obtener cargos y oficios en Sevilla, donde fue nombrado caballero veinticuatro [6] de su consejo, y ejerció de mayordomo de la ciudad durante los años de 1372 y 1376-77, ocupando también, en 1377, el oficio de recaudador de la derrama que Sevilla hizo para comprar pan y armar dos galeras [7].
Los Fuentes se habían integrado plenamente en la oligarquía sevillana, como lo demuestran los cargos que el fundador del señorío ejercía en el Consejo de la ciudad hispalense, lo que le van a permitir casar a su hijo y sucesor, Francisco Fernández, con Catalina Marmolejo, hija de Alonso Fernández Marmolejo, contador de Sevilla y señor de Bornos, poderoso personaje de gran influencia en la ciudad en el último tercio del siglo XIV.
Sin embargo, los sucesores de Francisco Fernández de Fuentes se van a orientar más hacia Écija que hacia Sevilla. Al convertirse el lugar y castillo de Fuentes en centro fundamental de sus posesiones, sus intereses se centrarán casi por completo en la ciudad astigitana, aunque nunca abandonarían del todo su intención de participar en la vida política de la urbe hispalense. Éste fue el caso del III señor,  Pedro de Fuentes, sucesor de Francisco Fernández, que casó con Beatriz Maraver, la cual procedía de rica familia de la nobleza ecijana, y de su hijo Gómez, que al enviudar de su primera esposa, Blanca de Sandoval, contrajo matrimonio en segundas nupcias con María de Zayas, hija del caballero Alfonso de Zayas, regidor de Écija, y de Constanza de Saavedra, unas de las familias más poderosas de la ciudad astigitana en la segunda mitad del siglo XV [8].
Desde la repoblación de Fuentes por parte de los primeros Señores, éstos realizaron amplios esfuerzos para conseguir un ámbito territorial y jurisdiccional para su señorío con la oposición del Concejo de Carmona, ya que ni Alfonso XI, ni tampoco Enrique II, habían dotado de término al lugar que nos ocupa.
En 1416, una sentencia pronunciada contra Francisco Fernández de Fuentes, concluye atestiguando que la aldea que había surgido junto al castillo no había tenido jamás término alguno. Los sucesivos señores de Fuentes, no conformes con el contenido de la sentencia que limitaba su jurisdicción «hasta las paredes del dicho lugar a fuera», trataron a lo largo del siglo XV de ampliar su término sobre el territorio más próximo a la aldea, en concreto, sobre la zona del Algarbejo, perteneciente a Carmona, en la que se llegaron a plantar viñas y sobre las que impusieron un tributo especial, hasta que en 1495, y tras diversos incidentes, pudo Carmona recuperar esas tierras [9].
No obstante, la extensión del término fue incrementándose a través de la ocupación de diversos territorios, teniéndose constancia de ello a través de la diversa documentación existente en el Archivo Municipal de Carmona de pleitos y litigios emitidos por la ocupación de tierras.
En muchos de los casos las apelaciones de Carmona no tuvieron éxito. En 1522 la Audiencia de Granada concedía al señor de Fuentes jurisdicción civil y criminal en un radio de más de cien pasos alrededor de la villa de Fuentes, y autorizaba a sus vasallos a aprovecharse del término de Carmona.
Finalmente, el 23 de julio de 1558, la infanta Juana, en nombre de su hermano el rey Felipe II, vendió a Álvaro de Fuentes media legua [10] alrededor de la villa de Fuentes del término de Carmona, para que en adelante fuese término del lugar de Fuentes, y concediendo a los señores jurisdicción civil y criminal sobre el lugar y sus moradores. Estas tierras, que se enajenaron del territorio de Carmona para formar parte del nuevo término de Fuentes, se hallaban limitadas por «la senda que dicen de los olleros, que va partiendo el dicho camino e amojonando desde el dicho término de Marchena hasta dar en el arrecife que va de Carmona a Écija» y los antiguos linderos entre Carmona, por una parte, y Écija, La Monclova y Marchena, por otra [11].
Desde un principio, el señor y sus vasallos en la aldea actuaron para formar de hecho un término de Fuentes, cada una de las partes impulsadas por sus propios motivos: los señores, por su deseo de extender al máximo su señorío jurisdiccional y aumentar las rentas que percibían, y los vasallos, por la oportunidad de engrosar sus propiedades mediante la roturación y plantación de terrenos baldíos. La fuerza de los hechos se impuso a la legalidad, y los pleitos ganados por Carmona no pudieron impedir que la Corona legitimara lo que ya se había consumado [12].
El 14 de enero de 1603, Felipe II concede a Gómez de Fuentes Guzmán y de los Ríos, señor de la villa y caballero de Santiago, hijo del IX señor de Fuentes, el Marquesado de Fuentes.
La Real Carta de creación del título de marqués de Fuentes, expedida a favor de Gómez de Fuentes y  Guzmán, dice así: «D. Felipe, por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Portugal, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de  Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de la Indias Orientales y Occidentales y señor de la tierra y mar océano, archiduque de Austria, duque de Borgoña, de Bramante y de Milán, de Flandes y Tirol y Barcelona, señor de Vizcaya y de Molina. Por salud, bien y merced a vos D. Gómez de Fuentes y Guzmán , acatando los muchos y buenos servicios que nos habéis hecho y esperamos nos haréis y por más honrar y sublimar, tenemos por bien y honra, merced y voluntad que ahora  y de aquí adelante os podáis llamar e titular  y os llaméis y tituléis y llamamos e titulamos Marqués de Fuentes y por esta nuestra casa mandamos a los infantes, prelados, duques, marqueses, condes y ricos hombres, priores de las Órdenes, comendadores y subcomendadores, alcaldes de los castillos y casas de nuestros reinos y a los de nuestros consejos, presidente y oidores de nuestras audiencias, alcaldes y alguaciles de nuestra casa y corte y a todos los concejos, corregidores, asistentes, gobernadores y otros y nuestros jueces y justicias, personas de más estado, condición, preeminencia o dignidad que sean nuestros vasallos directos y naturales, así a los que ahora son como a los que en adelante fueren y a cada uno de ellos que os hayan, tengan y llamen Marqués de la Villa de Fuentes y os guarden y hagan guardar todas las gracias, mercedes, franquicias y libertades, preeminencias, ceremonias y otras cosas que por razón de ser marqués debéis usar y gozar y os deben ser guardados, todo bien y cumplidamente sin faltaros cosa alguna y si de ello quisierais nuestra carta de privilegio, mandamos a nuestro canciller, notario y escribanos mayores de los nuestros privilegios y confirmaciones y a los otros oficiales que están a la tabla de nuestros sellos que os la den, libren, pasen y sellen dicha carta, la más firme y bastante que les pidiéredes y  menester hubiéredes.
Dada en Valladolid a catorce de Enero de mil seiscientos y tres años.
Yo el Rey. Yo Juan Ruiz de Velasco, Escribano del Rey nuestro señor, la hice escribir por su mandado. El Conde de Miranda. El Licenciado Núñez de Bohórquez. D. Alonso Agreda. El Licenciado D. Alonso de Benavides. El Licenciado Fernando Carrillo. Martín Oyaal de Vergara» [13].
Estos importantes acontecimientos en el seno de la familia del señor de la villa formaron parte, como en otras tantas ocasiones, de la vida municipal. Así, cuando el Cabildo conoce la concesión por parte de Su Majestad el rey Felipe III del título nobiliario de marqués de Fuentes a Gómez de Fuentes y Guzmán, IXº señor de la villa, proclama, mediante el pregón correspondiente, la alegre noticia al pueblo, para que haga fuegos y acuda a las fiestas de toros y cañas que se celebrarán en su honor. El mismo pregón proclama a los vecinos el feliz casamiento de Gómez de Fuentes y Guzmán, señor de la villa, con Catalina de Sandoval y Saavedra, dama de la reina. «En la villa de Fuentes en 21 días del mes de Enero de 1603 años se juntaron a Cabildo […]. En el cabildo se trató como su Majestad ha hecho merced a su vasallo D. Gómez de Fuentes y Guzmán, señor de esta villa, de título de Marqués y a todos los que después le sucedieran […]. Cumpliendo con lo que por dicha Real provisión se manda desde luego que recibían y recibieron por Marqués de dicha villa de Fuentes al señor de esta villa….  Otro sí, mandaron que se pregone que para esta noche primera todos los vecinos, por la alegría de la dicha merced que Su Majestad ha hecho al dicho señor de esta villa y su feliz casamiento con Doña Casta Enríquez de Sandoval, […], hagan y enciendan fuegos y luminarias en sus casas y que se haga una máscara, con las mejores intenciones y demostraciones del contento, que se pudiere […]. Otros sí, se acordó que para el lunes primero, 27 días de este presente mes se hagan unas fiestas principales de juego de cañas y toros […]».
Así mismo, años más tarde la muerte de Aldonza de los Ríos, viuda que fue de Álvaro de Fuentes y Guzmán, IXº señor de Fuentes, produce que el Cabildo decrete luto local (13-6-1606) o el regocijo que se vive en la villa porque la señora marquesa ha quedado preñada y el Cabildo le manda al marqués sus parabienes (9-12-1607). Del mismo modo se alegra el pueblo por «el alumbramiento de Dª Catalina su señora» e incluso se proclaman fiestas en su honor. O también cuando se produce el casamiento de Francisca de Fuentes y Guzmán, IIª marquesa de Fuentes, con Juan Claros de Guzmán, y se acuerda «que se haga una máscara por el día de San Sebastián y se hagan luminarias en cada casa para mostrar el regocijo de la villa» (12-1-1626) [14].
A través de las distintas generaciones, los sucesivos señores de Fuentes, por razones de relaciones, cargos, servicios y casamientos fueron añadiendo títulos nobiliarios al que no ocupa, dando lugar a una larga serie de marquesados, condados y señoríos, con los que aparecen encabezando los numerosos escritos que se conservan en diversos archivos históricos.
Los señores ocuparon un papel dominante en la vida de la villa, tanto por sus amplias posesiones, como en su autoridad. Bajo su patrocinio se habían realizado importantes obras en la Iglesia Parroquial, desde finales del siglo XVI hasta el XVIII, disponiendo del patronato de la Capilla Mayor y enterramiento en la cripta bajo la misma, así como fundando la Capilla de la Virgen del Rosario. Por escritura otorgada ante el escribano público Juan de Moya por el «cura de la Iglesia mayor de la villa de Fuentes y mayordomo de la Fábrica de ella» Juan Caro, en virtud de licencia del Provisor y Vicario General del Arzobispado de Sevilla, el 9 de junio de 1573 Álvaro de Fuentes y Guzmán, señor de Fuentes, obtuvo licencia para levantar bajo su mecenazgo una capilla dedicada a la advocación mariana del Santo Rosario, con tribuna propia abierta hacia la Capilla Mayor, desde donde la familia del señor asistía a las celebraciones litúrgicas [15].
Años más tarde, en 1598, la señora Aldonza de los Ríos, viuda de Álvaro de Guzmán y Fuentes se propuso fundar un convento de religiosos descalzos, que no vio culminado por su fallecimiento pero que se efectuaría en 1607 con la llegada de los Mercedarios, aportando el Señorío una capellanía de 100 ducados de renta anual instaurada en 1597. Su hijo, Gómez de Fuentes, I marqués de Fuentes, junto a su mujer Catalina de Sandoval, fundarían en 1620 el Monasterio de la Encarnación de las Madres Mercedarias en terrenos cercanos al Palacio y bajo su patrocinio, cuya comunidad sigue dando vida a este histórico cenobio fontaniego en la actualidad.
Los Fuentes también contribuyeron en 1654 con las «limonas de la Excma. Sra. Marquesa y de aquellos vecinos a la fábrica de una hermita mui capaz con la advocación de San Francisco, para que e ella huviese misa los dias de fiesta para los pobres que se quedaban sin ella por falta de vestidos» en el arrabal del Postigo, a su vez sede de la Primitiva Hermandad de Consolación y hoy Cofradía del Señor de la Humildad y, desde 1904, también capilla del Convento de las Hermanas de la Cruz.
Los marqueses poseían en la villa un palacio, el antiguo castillo medieval que dio origen al lugar, que aun habiendo perdido su antiguo carácter militar, conservaba el papel representativo del poder de la casa nobiliar.
En la Iglesia Parroquial tenían asiento destacado en el presbiterio [16], enterramiento como se ha citado antes y como patronos de la misma sus escudos nobiliarios aún aparecen en las pechinas de la cúpula de la capilla mayor y en el propio retablo principal.
Eran los encargados de nombrar los cargos municipales, tales como Corregidor, oficiales concejiles, constituían el Concejo y Regimiento de Fuentes, alguacil mayor, alcalde de la hermandad… y de sus intereses en la villa y término cuidaban directamente los administradores, hombres de confianza de la casa nobiliar y encargados de las rentas y alcabalas propias de los derechos señoriales, que cobraban a los vecinos del lugar.
En el siglo XVIII era muy valiosa la renta anual que los marqueses percibían por la utilización del suelo, con la explotación, arrendamiento y venta de diversas fincas urbanas y rústicas de su propiedad exclusiva, y controlaban, entre otros, el mesón de la plaza y el horno de la calle Lora [17].
El poder ejercido sobre su pueblo, también hacía responsable a los señores del amparo y protección de sus vasallos. A veces era tal la penuria que el pueblo padecía, sobre todo las clases más humildes, que obligaba incluso al señorío de la villa a intervenir para socorrer a sus siervos dando trigo de su propia cosecha. Un ejemplo de ello nos lo da a conocer el acta del 10 de marzo de 1636 en el que se recibe la nueva de que la marquesa de la villa va a dar 300 fanegas de trigo para que se amase pan para los más necesitados [18].
Los dominios de los señores de la villa se fueron extendiendo por toda la geografía andaluza, por lo que apenas residieron en Fuentes y las contadas visitas a la villa suponían un acontecimiento digno de celebración. Como muestra, la visita del marqués en 1698 obligó al cabildo municipal a gastar fuertes cantidades de dinero «en fuegos y fiestas de toros y gastos anexos a ella, como de toreadores de a pie y de a cauallo que se trajeron para la celebración…». Junto a estos espectáculos populares se realizaron obras de acondicionamiento de los lugares más señalados de la villa, empedrándose las puertas del cabildo, la calle del Convento y pintándose y limpiándose la cárcel del municipio [19]. 
Otro momento importante del que se tiene constancia es el de la celebración de la boda entre María Manuela Fernández de Córdoba y  Pimentel, hija primogénita del conde de Torralba, a la vez marqués de Fuentes, y Antonio María Pantoja y Bellvís de Moncada, conde de Torrejón, que tuvo lugar en Fuentes en 1770 [20].
La titularidad del señorío de la villa ha pasado durante sus siglos de historia por diversos linajes familiares, desde los Fuentes Guzmán, que fueron los primeros señores, sucedidos por la familia Claros, Fernández de Córdoba, Cabrera, Martos y Clerc de Lasalle, actuales titulares del marquesado.
Hacia la mitad del XVIII el señorío de Fuentes pertenecía ya a la casa nobiliaria de Torralba, hasta que en la primera mitad del siglo XIX los señoríos jurisdiccionales fueran abolidos por el gobierno español.
El 17 de marzo de 1837 recayó sobre el marqués de Fuentes sentencia ejecutoria del Tribunal Supremo de Justicia, por la que se declaraban incorporados a la Corona de Castilla el lugar de Fuentes, la villa y sus castillos, con el señorío real, rentas, tributos y demás derechos propios de la soberanía. Un proceso que había durado dos décadas pues se conservan autos desde 1807.
Los diversos titulares han compartido en diferentes épocas otros títulos nobiliarios con el del Marqués de Fuentes, tales como Adelantados de Canarias, marqués de Villaseca, de la Rosa y de la Mota de Trejo, conde de Torralba, de Villanueva de Cárdenas, de la Jarosa y de Talhara, señor del Chanciller, Benazurera, Belmonte, Moratalla, Salares, Benescalera, Algarrobo, Alcaucín, Daralcalde, Viveros, El Boyero, Añora del Cojo, Herrera de los Palacios y los Zahurdones, Sanchuelo, Montalvo, Villar Viejo, La Vega, Arenillas, Matachel, Haza de la Banda, Olmos de Cerrato, Santa Cecilia, Pinedillo y Torrecitores.
Fallecido sin sucesión en 1871 Juan Bautista Cabrera Bernuy, marqués de Villaseca y IX marqués de Fuentes,  que fue senador vitalicio y alcalde de Madrid entre 1866-1867,  el título de marqués de Fuentes quedó sin uso o caducado hasta 1930, en que se rehabilitó sin perjuicio de tercero a favor de Alfonso Martos Arizcun.  Reclamado por Francisco Clerc de Lasalle Cabrera décadas más tarde, alegando preferencia genealógica, una sentencia le otorgó en 1964 mejor derecho y en 1966 recibió carta de sucesión. Desde junio de 2014, en que falleció Francisco Clerc de Lasalle, el título está vacante pendiente de reclamación por los hijos del último marqués, que no mantienen ninguna relación ni propiedad en la localidad de Fuentes de Andalucía, origen de su señorío.



 El Castillo de Fuentes, libre de edificaciones, tras unos derribos contiguos a mediados del siglo XX.


Cripta de los señores y marqueses de Fuentes en la Iglesia Parroquial Santa María la Blanca, que no alberga ningún resto de los patronos de la Capilla Mayor y en la que, tras la importante restauración del edificio que se ha llevado a cabo (2011-2014), se pretende instalar un columbario parroquial. 


Rodeado entre edificaciones, el conocido como «Castillo del Hierro» [21] acoge entre sus lienzos de muralla tres viviendas particulares. Una principal, en desuso, que se extiende en gran parte de la superficie y contiene la Torre del Homenaje, y dos habitadas de menores dimensiones. A la fecha, el ayuntamiento de la localidad está en negociaciones para la adquisición de la vivienda mayor con la torre, que pasaría a ser propiedad municipal gran parte del edificio que dio origen a la villa. (Foto de Juan Sebastián Martínez Lora).



 

Varias imágenes de la presentación de la comunicación, cuya exposición estuvo presidida por el profesor Dr. D. Manuel García Fernández, catedrático - director del Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas, de la Facultad de Geografía e Historia, de la Universidad Hispalense.



BIBLIOGRAFIA:
CERRO RAMÍREZ, J.: La villa de Fuentes (1578-1800). Fuentes de Andalucía, 2011,
FRANCO SILVA, A.: «Carmona y los señoríos de su término», en Actas del I Congreso de Historia de Carmona: Edad Media. Archivo Hispalense, 2ª época, Tomo LXXX. Diputación de Sevilla, 1998.
GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, F.J.: Fuentes de Andalucía, una mirada al pasado. Fuentes de Andalucía, 2010, Tomo I.
GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, F.J.: Fuentes de Andalucía, una mirada al pasado. Fuentes de Andalucía, 2013, Tomo II.
GONZÁLEZ JIMÉNEZ, M.: El Concejo de Carmona a fines de la Edad Media (1464-1523). Sevilla, 1976.
GONZÁLEZ JIMÉNEZ, M.: Aportación al estudio de los señoríos andaluces: el caso de Carmona, vol. III. Sevilla, 1973, pág. 42.
GÓNZALEZ JIMÉNEZ, M.: Repartimiento de Carmona; Estudio y Edición. Departamento de Historia Medieval. Universidad de Sevilla. 1981.
LÓPEZ GALLARDO, R.J. y VÁZQUEZ CAMPOS, B.: La Formación del Señorío de Fuentes en el seno del término de Carmona, en Actas del I Congreso de Historia de Carmona: Edad Media. Archivo Hispalense, 2ª época, Tomo LXXX. Diputación de Sevilla, 1998.
LÓPEZ, Tomás: Diccionario Geográfico de Andalucía. Provincia de Sevilla. Edición e Introducción de Cristina Segura Graiño. Edit. Don Quijote. Granada, 1989.
OLLERO LOBATO, F. y QUILES GARCÍA, F.: Fuentes de Andalucía y la arquitectura barroca de los Ruiz Florindo. Sevilla, 1997.
ROJAS GABRIEL, M.: Olvera en la Baja Edad Media. Cádiz, 1987.
SÁNCHEZ SAUS, R.: Caballería y Linaje en la Sevilla medieval. Págs. 82, 184, 185.
SÁNCHEZ SAUS, R.: Linajes Sevillanos Mediavales. Sevilla, 1991, Tomo I. 
VALDEÓN BARUQUE, J.: Notas sobre las mercedes de Enrique II de Castilla, Hispania, XXVIII (1968).

ARCHIVO HISTÓRICO DE VIANA. Fondo Viana. Marquesado de Fuentes
ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE FUENTES DE ANDALUCÍA

NOTAS:
[1] GONZÁLEZ JIMÉNEZ, M.: Aportación al estudio de los señoríos andaluces: el caso de Carmona, vol. III. Sevilla, 1973, pág. 42.
[2] ROJAS GABRIEL, M.: Olvera en la Baja Edad Media. Cádiz, 1987, pág.64.
[3] Hasta el año 2010, muy poco se sabía del Señorío de Fuentes, al no tenerse constancia de la localización de su archivo documental, basándose los estudios que hasta el momento se habían realizado en los archivos históricos de otras casas nobiliarias con las que mantuvieron algún tipo de relación, y en otros como los municipales de Carmona, debido a los pleitos con el Consejo de esa villa que en cuestión de términos mantenían los Fuentes.
A raíz de las investigaciones realizadas para nuestro trabajo Fuentes de Andalucía. Una mirada al pasado. Tomo I, tuvimos conocimiento de la conservación y existencia del Archivo del Marquesado de Fuentes, que forma parte desde 1817 del Archivo Histórico del Palacio de los Marqueses de Viana, en Córdoba, puesto a disposición de los investigadores tras la compra de los fondos por parte de la obra social de Cajasur. Un amplio y rico tesoro documental que alberga información de la Casa de los Fuentes comprendida entre el año 1370 y finales del siglo XIX.
[4] (A)RCHIVO (H)ISTÓRICO DE (V)IANA. Leg. 344 Exp. 001. 1374-1378. Compra de la villa de Fuentes por Alonso Fernández e Isabel de Belmaña, matrimonio, por 1.600 doblas moriscas, a Martín Fernández de Guzmán. Toma de posesión y privilegios reales que les fueron concedidos.
[5] VALDEÓN BARUQUE, J.: Notas sobre las mercedes de Enrique II de Castilla, Hispania, XXVIII (1968), pág. 45.
[6] Cargo propio de las corporaciones municipales de algunas ciudades de Andalucía durante el Antiguo Régimen, equivalente al de regidor o concejal y asociado a la nobleza y posición social de quien lo ostentaba.
[7] SÁNCHEZ SAUS, R.: Linajes Sevillanos Medievales. Sevilla, 1991, Tomo I, págs. 103-112. 
[8] SÁNCHEZ SAUS, R.: Caballería y Linaje en la Sevilla medieval, págs. 82, 184, 185.
[9] GONZÁLEZ JIMÉNEZ, M.: El Concejo de Carmona a fines de la Edad Media (1464-1523). Sevilla, 1976, pág. 26.
[10] Medida itineraria, variable según los países o regiones, definida por el camino que regularmente se anda en una hora, y que en el antiguo sistema español equivale a 5.572,7 m.
[11] A.H.V. Leg. 346 Exp. 8. Planos del término de Fuentes de los siglos XVII y XVIII y noticia de la compra de la jurisdicción de dicha villa por Álvaro de Fuentes y Guzmán, el 23 de julio de 1558. Veáse la reproducción de los mismos al final de este trabajo.   
[12] LÓPEZ GALLARDO, R. J. y VÁZQUEZ CAMPOS, B.: La Formación del Señorío de Fuentes en el seno del término de Carmona, en Actas del I Congreso de Historia de Carmona: Edad Media. Archivo Hispalense, 2ª época, Tomo LXXX. Diputación de Sevilla, 1998.
[13] CERRO RAMÍREZ, J.: La villa de Fuentes (1578-1800). Fuentes de Andalucía, 2011, pág. 178-179.  
[14] Ibídem, pág. 129-130.
[15] A.H.V. Leg. 76. Exp. 004. Capellanías. Fuentes. «Capilla de Nuestra Señora del Rosario en la Iglesia Parroquial de Santa María la Blanca».
[16] Esta tribuna es el lugar físico que desde 1842 ha albergado, a modo de altar, la urna e imagen del Cristo Yacente de la Hermandad del Santo Entierro. El 21 de enero del citado año, ante el escribano público Antonio García, compareció Sebastián Carmona el mayor, vecino de Fuentes, que «en unión con otros devotos han construido a sus expensas un sepulcro nuevo para colocar en él el Santísimo cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo, y queriendo darle el debido culto y veneración han determinado colocarlo en un altar en la Iglesia Parroquial de esta villa, y habiendo reconocido ésta no se encuentra otro sitio proporcionado para dicho efecto más que un hueco que está en la pared medianera de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario con el Altar Mayor, cuyo sitio es y corresponde su propiedad al Excmo. Sr. Marqués de esta villa, Conde de Villanueva, por lo que determinaron hacer una solicitud a S.E. para que diese su consentimiento y licencia para colocar en dicho hueco el Santo Sepulcro, formándose un altar, y recibida dicha solicitud se accedió por S.E. según aparece de orden que al efecto se ha remitido desde Moratalla, con fecha 27 de abril del año próximo pasado a su administrador en esta villa, D. Fernando Guerrero, pero con la condición de que constare por documento que la propiedad de dicho local es suya, y solo concede el usufruto. En cuya virtud y queriendo poner en práctica la condición con que S.E. ha concedido su permiso y licencia, para la colocación del Santo Sepulcro, en el sitio que viene designado... ...habiéndose conseguido el consentimiento de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario, para que la servidumbre del altar se tenga por su capilla». A.H.V. Leg. 76 Exp. 003. Capellanías. Fuentes. Patronato de la Capilla Mayor de la Iglesia Parroquial de Santa María la Blanca. En las recientes obras de restauración del templo (2011-2014) se ha recuperado acertadamente la tribuna de los Señores de Fuentes.
[17] OLLERO LOBATO, Francisco y QUILES GARCÍA, Fernando: Fuentes de Andalucía y la arquitectura barroca de los Ruiz Florindo. Sevilla, 1997, pág. 17.
[18] CERRO RAMÍREZ, J.: Ob. cit. pág. 127.
[19] (A)RCHIVO (H)ISTÓRICO (M)UNICAL DE (F)UENTES DE (A)NDALUCÍA. Actas Capitulares. 1698-VII-27.
[20] A.H.M.F.A. Actas Capitulares. Libro 9. 1768-1773. Acuerdos de 1770-IX-25 y 1770-XII-22.
[21] Así lo cita en las respuestas al cuestionario que el geógrafo y cartógrafo Tomás López de Vargas envío a las parroquias de España para la elaboración de su Diccionario Geográfico de España. «7º. Aún se conservan las casas de los señores marqueses contiguas e inmediatas a las torres, murallas y citado castillo del Hierro, de cuya antigüedad es hecho notorio pero vulgar, que es anterior a la venida del Redentor al mundo. Lo cierto es, que no puede menos que ser antiquísimo, por su construcción y por sus materiales que lo demuestran». LÓPEZ, Tomás: Diccionario Geográfico de Andalucía. Provincia de Sevilla. Edición e Introducción de Cristina Segura Graiño. Edit. Don Quijote. Granada, 1989.

1 comentario:

  1. Magnifico trabajo e investigación.Me ha encantado leerte.
    Saludos

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